“Vacaciones en paz”, un proyecto muy amplio, para ayudar a los niños saharauis
Hablamos con Evangelina Alonso Romero presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Esquivias y la comarca de la Sagra.
Cuéntanos en que consiste el programa “Vacaciones en Paz”.
Lo primero decir que los niños vienen por una razón muy simple, son refugiados y además, son perfectos embajadores del Frente Polisario, son sus mejores emisarios para hacer llegar a la gente lo que les ocurre en su tierra.
“Vacaciones en paz” se enmarca en el compromiso de solidaridad de España con la población de los campamentos de refugiados saharauis y se viene desarrollando con carácter anual (únicamente se ha visto interrumpido durante dos años con motivo de la pandemia de la COVID-19); de hecho, desde la pandemia parece que se ha olvidado un poco la causa y el número de pequeños que llegan a España se ha reducido drásticamente, permitiendo así que niños y niñas de hasta 12 años puedan disfrutar durante la época estival de un período de vacaciones en España.
¿Hasta los 12 años?
Sí, hasta los 12 años, aunque es cierto que en alguna ocasión han venido niños que decía tener menos de 12 de enseguida se detectaba que eran algo mayores.
¿Quién organiza los niños que vienen y como se decide quienes vienen?
Todos los niños que están escolarizados tienen derecho a venir. Hay prioridades. Los hijos de los fallecidos en la guerra con Marruecos tienen preferencia; también los niños enfermos tienen preferencia. Si tienen alguna enfermedad leve, vienen en el programa general, pero si es una cosa más seria, van a apartados especiales de salud.
En cuanto a quien lo organiza, el que se encarga de todo el Polisario; ellos en comunicación con las asociaciones y nosotros nos encargamos de buscar las familias. Por supuesto con la intervención del estado español, que es el responsable de dar los permisos para que los niños puedan volar a España.
¿Cuántas familias sois ahora mismo en la Sagra para acoger niños?
Ocho o nueve, no somos más.
¿Sólo, ocho o nueve?
Sí, con la pandemia hubo un parón de dos años muy grande y la gente parece haberse enfriado un poco, también hay familias a quienes les ha cambiado las circunstancias y ahora lo tienen más complicado…
¿Siempre vienen los mismos a las mismas familias?
Sí, normalmente es así, a no ser que existiese algún problema, que algún niño fuese conflictivo o que alguna familia no fuese del gusto del pequeño —que no suelen pasar estas cosas, es raro— sería motivos para hacer un cambio de familia o de niño, pero como te he dicho es muy raro que pase.
¿Supongo que cuando están aquí, serán como vuestros hijos?
Sí, por supuesto, de hecho lo primero que hacemos en cuanto llegan es incluirles en las tarjetas sanitarias familiares y en la documentación del ayuntamiento para poder incluirlos en los diferentes abonos familiares. Normalmente, nada más llegar, se les hacen unos reconocimientos médicos muy completos, allí están en campamentos y es complicado mantener una estructura sanitaria correcta.
¿Cómo se manejan con el idioma?
Muy bien, allí estudian español como primera lengua extranjera, para ellos es más fácil entenderse en su lengua natal, el hassanía, pero eso es cuando están juntos, al final del verano ya lo hablan perfectamente.
¿Algo más que quieras decirnos?
Sí, es por aclara un tema que suele confundirse a menudo, la gente piensa que cuando los niños se van es porque las familias estamos deseando que se vaya, y nada más lejos de la realidad, normalmente son ellos los que están como locos por marcharse, ten en cuenta que ellos allí están en los campos de refugiados y no tienen casi limitaciones, tienen las lógicas por la situación en la que viven, pero es otra forma de vida, allí están mucho más libres, aquí les tenemos muy encorsetados, sí, se lo pasan bien, que duda cabe, pero normalmente está como locos por regresar a casa, con sus familias y sus amigos.